La arquitectura textil está emergiendo como una solución
estratégica frente a las necesidades urbanas y culturales fluctuantes de las
grandes ciudades. En 2020, bajo el contexto del COVID-19 y con los Juegos
Olímpicos en el horizonte, un proyecto innovador de construcción efímera
marcaría el panorama de una de las ciudades más emblemáticas del planeta.
Se trata del Grand Palais Éphémère, en París, una construcción
muy particular en todos los aspectos que no solo representa retos logísticos y
estéticos, también cumple con nuevos estándares en sostenibilidad y
flexibilidad arquitectónica en un escenario de máxima exigencia.
Su ubicación se concibió en El Campo de Marte
(Champ-de-Mars) y su función principal es albergar las disciplinas de Tatami en
los JJOO de 2024, además de suplir temporalmente al Grand Palais, inaccesible
por labores de restauración.
Su diseño, con más de 15.000 m² de superficie de
arquitectura textil, se encomendó al arquitecto Jean-Michel Wilmotte, quien
debía integrarlo con el entorno histórico que le rodea, entre la
École-Militaire y la Torre Eiffel. Un desafío enorme en el que contrastan
pasado y contemporaneidad arquitectónica.
Pero, ¿por qué el Grand Palais Éphémère representa un desafío único para sus desarrolladores y la capital francesa?
El gobierno francés trasladó a GL Events, empresa líder en la organización de eventos a nivel mundial, y Wilmotte & Associés, renombrado estudio de arquitectura, la necesidad de crear un espacio desmontable único con dos grandes condicionantes: la obra no podía eclipsar a los icónicos edificios que la rodean y debía integrase estéticamente en el entorno.
El planteamiento de Wilmotte acercó el Grand Palais original con el efímero mediante la forma, su característica cruz. Por otro lado, para los materiales, el abanico de opciones era estrecho y estaba condicionado por el requisito del desmontaje de la obra a posteriori. La envolvente se había configurado inicialmente con policarbonato y paneles metálicos, materiales que no cumplían con el calendario de la obra. Esto los lleva a embarcarse en la búsqueda de soluciones alternativas, acudiendo a IASO como expertos en arquitectura textil para asesorar con el diseño.
La empresa leridana ya contaba con experiencia previa trabajando con Wilmotte, habiendo desarrollado grandes proyectos como la cubierta y fachada transparente del Allianz Riviera (Niza 2013), y con GL Events para la cubierta efímera del COP22 (Marrakech 2016). Esto, además de un amplio portafolio de obras con ETFE y PES-PVC le valió la adjudicación del Grand Palais Éphémère.
Es en esta fase que IASO sugiere la implementación de membranas textiles para la fachada y la cubierta, con las cuales se reducirían los tiempos de instalación y se facilitaría el desmontaje posterior, aportando valor estético sin sacrificar prestaciones técnicas. A continuación se aprueba la incorporación de distintos tipos de membranas textiles: entre ellos, ETFE para las fachadas longitudinales, PES-PVC blanco para la cubierta, rejilla de PES-PVC para los laterales transversales y STFE para cubrir las celosías laterales, alcanzando así un área de más de 15,000 m². Un novedoso sistema que también cumple con estrictos criterios de las construcciones textiles en Francia, con dos ATEX favorables (Appréciation Technique Expérimentale).
Las necesidades propias del proyecto implicaban un tiempo de
ejecución muy ajustado en condiciones normales. Desde el inicio se planteó un
calendario en el que el edificio debía estar operativo a comienzos del 2021, lo
que obligaba a realizar la instalación de la cubierta y la fachada en menos de
4 meses (desde septiembre hasta diciembre).
Toda la planificación sufrió un revés importante cuando, en
las mismas fechas, estaban en vigor las restricciones por la pandemia COVID-19.
Una situación muy compleja que obligó a todas las partes a reorganizar sus
esquemas. Los tiempos de entrega no cambiaron y los requisitos del cliente se
mantuvieron, por lo que se tuvieron que buscar soluciones inéditas para cumplir
con los plazos.
En diciembre de 2020, tras una instalación en tiempo récord y una organización impecable por parte de todos los agentes, se finalizó exitosamente la envolvente textil del Grand Palais Éphémère.
La arquitectura efímera, por su naturaleza, debe ser altamente adaptable para satisfacer una amplia gama de usos en contextos cambiantes. El Grand Palais Éphémère fue diseñado con esta versatilidad en mente, permitiendo que se transformara para albergar desde competiciones de Tatami hasta cumbres internacionales. Ubicado en el corazón de París, este proyecto no solo aprovechaba su posición estratégica para eventos culturales y deportivos, sino que también enfatizaba la necesidad de espacios que se pudieran ajustar dinámicamente a diferentes funciones. La estructura se diseñó para ser desmontada y, potencialmente, reutilizada o reubicada, destacando un enfoque consciente hacia el impacto ambiental.
La sostenibilidad fue un pilar fundamental en el diseño del
Grand Palais Éphémère. Desde la elección de materiales reciclables o ligeros
hasta la planificación detallada de su ciclo de vida, cada aspecto del proyecto
fue cuidadosamente considerado para minimizar su impacto ambiental. La
capacidad de desmontar completamente el edificio asegura que, tras su uso,
todos los componentes puedan ser reciclados o reutilizados, estableciendo un
modelo ejemplar para futuras iniciativas de arquitectura temporal en cuanto a
responsabilidad ecológica.
La estructura está compuesta principalmente por madera, mientras que la envolvente, de ETFE y PES-PVC, reduce considerablemente el peso de la construcción, minimizando su impacto medioambiental.
Ampliando las perspectivas de la planificación urbana
El éxito del Grand Palais Éphémère ofrece lecciones valiosas
sobre la integración de estructuras temporales en el paisaje urbano. Este
proyecto demuestra que la arquitectura textil puede ser una herramienta
efectiva, no solo para responder a desafíos inmediatos sino también para
complementar las estrategias de desarrollo sostenible y respeto ambiental a
largo plazo, manteniendo las prestaciones de un edificio permanente, tanto a nivel de confort como en calidad de infraestructura. A medida que las ciudades enfrentan desafíos de espacio y
crecimiento, las prácticas implementadas en este proyecto pueden servir como
referencia para futuras iniciativas urbanas.
El Grand Palais Éphémère es un testimonio de cómo la
arquitectura contemporánea puede responder a las necesidades urgentes de una
ciudad, manteniendo un compromiso con la estética, la funcionalidad y la
sostenibilidad. Este proyecto no solo cumple con su propósito temporal, sino
que también sienta las bases para futuras innovaciones en el campo de la
arquitectura efímera, demostrando que es posible mejorar la calidad de vida
urbana y la resiliencia cultural a través de soluciones arquitectónicas
dinámicas y sostenibles.